2/3/10

Reseña: Noise Band




Jueves 25 de Febrero, Centro Cultural España. La noche comienza con un desencanto acostumbrado, como cualquier otro que normalmente se puede experimentar en el centro de la ciudad: simpatizantes de algo o alguien gritando consignas al aire mientras agitan los brazos al unísono de aquel que tiene el poder de hablar frente al micrófono. Una vez distante de la masa, entrando en el recinto donde yo creía estar a salvo del ruido humano, me descubro a mí mismo asumiendo el papel de espectador activo a la espera de que dé comienzo la así llamada Noise Band.

Minutos después de las 19 horas, comienza la improvisación a cargo de la manzana blanca. Sencillos bucles sonoros se asoman tímidamente a través de la bocina, acompañados de retroalimentación rezagada. Todo parece dirigirse hacia la creación del paisaje sonoro deseado, sólo que en vez de conseguirlo permanecen esbozando el camino que no seguirán, al mismo tiempo que inician retorciendo los oídos de los espectadores introduciendo sonidos estridentes producidos, esta vez, por utensilios de uso común tal como botellas de vidrio, tazones metálicos, duelas vinílicas, losetas de piso y como si fuera poco, mofándose de la ya lesionada capacidad auditiva del espectador, platillos metálicos de distintos tamaños y misma disonancia. Como único respiro para los presentes, se ofreció, a modo de intermedio, un pasaje en el cual se cambio la lastimosa emisión altas frecuencias por sonidos labiales, guturales, ecos y voz provenientes del percutor.

Alrededor de las 20 horas, finalizó pacíficamente aquella demostración de arrogancia y soberbia. Algunas personas no pudieron evitar cubrir sus oídos ante tal función (yo entre ellas) y sin embargo se molestaron en agradecer con aplausos a estos instrumentistas que acababan de destrozar el aparato auditivo de más de uno.

Es lamentable que la música tenga que pasar por estas fases de exploración destructiva, pero es aun más lamentable que haya quienes lo hagan en público alegando creatividad musical, y sobre todo que se siga haciendo después de un lustro en el cual está más que desgastada la idea misma de música, presumiblemente experimental e innovadora, gestada a base de ordenadores.

Supongo que no hay mucha diferencia entre el ruido del centro capitalino y Noise Band.

2 comentarios:

  1. Vamos vamos, no estaba de más señalar que la niña de la Mac es del sudamerica y seguramente por eso están emocionados con la "vanguardia tecnológica" y que en nuestro país cualquier porquería que exhiban siempre será bien acogida. Buen aporte te dejo mis 10 del día.

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  2. si pues, yo lo vivi, me consta tal culto a la vanidad irrescatable y me consta que después terminámos en un bar tomando cerveza mientras la eterna mona lisa(un cuadro en aquel bar)con su sonrisita escuchaba nuestros juicios, ¿quien sabe en que pensaba? -¿y tu que? tal vez

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